no me digas cuando algo es hermoso. y no me digas cómo hablarle a mis amigos. solamente decime el nombre de las estrellas en el cielo. cuál es tu canción favorita. decime el nombre de los amantes que tuviste. antes de que llegue yo. no pongas tus brazos alrededor mío. y no me abrazes fuerte. porque me podria acostumbrar a tu visión del paraiso.

sábado, 7 de febrero de 2009

Repase cada una de las palabras que nos dijimos, solo buscando de tu lado algún rastro de eso que esperaba y todavía espero escuchar. Traté de no darle importancia a mi lado por dos razones: la primera, que si comparara con lo más actual, sentiria que me estoy quedando sin cosas que decir, o estoy dejando de ser interesante; y la segunda, porque hubiese sido muy facil encontrarlo. No creo haberlo encontrado, pero me di cuenta que conforme iba avanzando, menos esperanzas tenia de encontrarlo, osea, sentía que si ya no lo habia encontrado, menos lo iba a hacer ahora. Tal vez es al revés, no llegue a conocerte tanto como para darme cuenta de como actuarias en el caso de que estes intetando decirme eso que quiero escuchar. Aunque todo esto no es lo que más me preocupaba, mi cabeza se concentraba en el hecho de por qué tenía que ser de esta forma. Por que tenía que estar buscando en un lugar donde nadie encuentra eso, o muy pocas personas, aquellas que no tienen la suerte de poder vivirlo de cerca. Aunque después me pregunte por qué no podía ser normal, porque tal vez si yo lo pudiese decir abiertamente, sin que nadie se ría o me diga: es una estupides joaquin, se me haria mucho más facil, y no me preocuparia tanto en esto. Pero si uno lo mira por otro lado, ¿estaría mal que diga lo que me gusta? ¿alguien puede reirse de vos por decirlo, sea lo que sea? La verdad es que me gustaria poder decir(te)lo, pero creo que sos muy normal para entenderlo.

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